El exceso de amor y sus consecuencia.

"¿Será que aquellas personas que optan por adoptar o comprar una mascota, realmente se perciben como tutores?"



Que hubo, ¿cómo va todo? ..  Empecemos.


Oiga, hoy quiero hablar de la nueva generación de mascotas, ¿se les viene algo a la mente?

La pandemia claramente no solo nos trajo un crecimiento exponencial en el gremio, creo que hablo por la mayoría al decir que solo bastaron unos cuantos meses de pandemia para que el trabajo empezara a aumentar, comenzaron a llegar un montón de clientes nuevos, muchos eran perritos adoptados y otros eran comprados. Y es que la pandemia daba el ambiente perfecto para que nuevos tutores pudieran surgir, las personas tenía más tiempo, algunos tenían mejores condiciones económicas para darle todo lo que necesitaba el perro o Gato, otros buscaban una compañía, y unos cuantos buscaban una escapatoria del encierro. Nada podía fallar, era todo y más de lo que todos le pedimos para tener propietarios responsables. La unión de tiempo, dinero, espacio, amor, atención, intensión, y cuidado, era el caldo de cultivo perfecto para ver cachorros crecer bien y adultos continuar su vida felices... Pero, algo paso en el camino, lo que debía ser la mezcla perfecta de ingredientes se vio afectada por algo, el exceso de "amor".


Últimamente en el gremio se nos ha hablado de que no debemos hablar de dueños, propietarios, u otro termino que dé a entender que el perro o gato es un objeto, se nos ha inculcado a muchos en cada charla o evento que hablemos de "tutores". Ej.: mi esposa y yo somos tutores de Amelia y Michu. Pero mi gran duda es: ¿Será que aquellas personas que optan por adoptar o comprar una mascota, realmente se perciben como tutores? No será que ... ¿nosotros vamos para un lado y los "tutores" van para otro?, Me refiero a que cada vez veo más personas que consciente o inconscientemente se perciben más como padres, abuelos, tíos, primos o cualquier otra rama del árbol genealógico, que como un “tutor”.

No tengo nada contra la palabra tutor, realmente el problema no va en como llamemos las cosas, podemos llenarnos de eufemismos buscando la manera de llamar cada cosa de tal forma que no suene fuerte u ofensiva, ocultando un problema más grande, y el problema realmente radica en la práctica, radica en la dirección que está tomando una parte del mercado con respecto a la manera en la que se están criando a las mascotas. Sonara fuerte, o agresivo, inclusive sonara a que me quejo de mi profesión o fuente de ingresos, y pero no es así. Considero que es realmente importante hablar de un tema que pareciera pasar desapercibido, donde estamos normalizando cada vez más a pacientes con serios problemas comportamentales producto del exceso de "amor". 

Creo que más de uno vio como la generación anterior criaba a los animales. Si, lo sé, habían muchas, demasiadas falencias empezando desde el punto de vista nutricional que es mi rama, también fallaban en el cuidado médico, y ni hablar de los temas de maltrato. Hoy en día, hemos avanzado un montón, tenemos disponibles un sin número de alimentos apropiados para su biología, vemos casi que todas las especialidades médicas acompañadas de una medicina general y preventiva mucho más robusta, y claro, hoy en día a pesar de que aún falta mucho, los animalitos están protegidos y se les da un trato digno. Pero hay algo en lo que ha fallado el proceso. Es muy común ver perros que pareciera que no saben que son perros, perros que parecen socializar mejor con los juguetes que con otros perros, veo cada día más campañas contra el maltrato animal pero al mismo tiempo hay animales que sufren y se enloquecen por no tener a sus "tutores" al lado por 5 segundos, conocemos cada semana a propietarios "aburridos" de que no pueden salir a la tienda porque saben que al volver van a encontrar la casa destruida, el sofá sin relleno, las paredes mordidas, etc. indagando nos damos cuenta que una parte del problema radica en el "exceso de amor", los "niños" de la casa (mascotas) nunca han estado solos, rara vez salen al parque, no los dejan socializar con otros perros por temor a que los pisen, se ensucien, se enreden, se fracturen, o se les peguen las pulgas, entre otros. y ... ¿sabe desde donde empezó buena parte del problema? ... desde pandemia. 

Pero la pandemia no tiene del todo la culpa, hay también una serie de factores "ambientales" que han permitido que esta bola de nieve se crezca y muchos están impulsados por: El mal marketing... sí, ese "Conjunto de técnicas y estudios que tienen como objeto mejorar la comercialización de un producto" como dice Google. Ha reforzado que los "tutores" sientan la necesidad de compartir 24:7 con sus mascotas, que sus mascotas coman como ellos aun cuando el “tutor” sea vegetarianos y ellas carnívoras. También se ha permitido la comercialización de maletas transparentes super fashion para gato con el fin de que el gatito vea y pueda ir "vitrineando" como lo hacemos los humanos, ignorando por completo toda regla. Como las anteriores hay otro sin fin de barbaridades que día tras día refuerzan en las personas comportamientos que tienden cada vez más a la humanización de las mascotas. Desafortunadamente algunos han convertido el marketing en la herramienta para la simple comercialización de productos más enfocados al humano y su fragilidad para apegarse, que al animal como ser con costumbres y comportamientos totalmente distintos a los del humano, vendiendo ideas cool, o "Pet friendly".

Hoy desde el consultorio, el baño, los colegios, las guarderías, y otros espacios diseñados para las mascotas se ve con preocupación una tendencia que parece no corregir su rumbo, al contrario, parece día tras día agravarse. Algunos dirán que cual es la quejadera, si finalmente todo eso nos convine, el cliente gasta más, compra más, está más preocupado por su mascota, etc. ... y Si, pero no, si es que es válida esta expresión. Efectivamente estamos ante propietarios más responsables, que son preventivos, que no dejan pasar las fechas de control o vacunación, otros que no ponen peros ante las tarifas que se ofrecen, que los bañan mensualmente, los cepillan, los llevan a colegio, los esterilizan, etc. y ese es un grupo grande, pensaría yo que una mayoría. Pero, ¿porque digo "si pero no"? porque hay propietarios brutalmente aferrados a sus mascotas, propietarios que tienen problema con el manejo de las mismas, que no les permiten socializar, otros que no conciben la idea de dejar sola a su mascota 5 minutos por que "pobrecito", y son estos los casos de pacientes sumamente difíciles de manejar en cualquier tipo de intervención, desde un corte de uñas, hasta una hospitalización. Para darles un ejemplo, hemos tenido casos de pacientes hospitalizados que no comen o no hacen sus necesidades si el propietario no está presente, otros casos donde el paciente jamás ha estado en espacios diferentes a su hogar y se descontrolan dentro de un huacal (Lugar necesario a la hora de hospitalizar), también hemos visto casos donde la alimentación es imposible producto de la mezcla infinita de cosas que le dan en casa, al punto de ser esa la razón por la cual está hospitalizado el paciente. y para terminar, hemos visto cachorros de 4-6 meses que vemos como les permiten a conciencia comportamientos erráticos los cuales sabemos que al corto plazo van a ser un motivo de consulta.

Seamos realistas, muchos deben tener motivos para ser así, algunos han tenido malas experiencias, o se enteraron de lo que le paso al perrito de un vecino o familiar, la perdida de una mascota anterior, o el vínculo de estas con un ser querido que ya partió. Lo sé, motivos deben haber de sobra y en el gremio debemos ser empáticos con esas situaciones. Pero desafortunadamente estas situaciones terminan desembocando en el camino de la sobreprotección. A la fecha hay un sin número de alternativas, empezando por los etólogos, pasando por los colegios, guarderías, productos naturales, o simples manejos y cambios en el hogar que pueden ayudar a que poco a poco ese lazo que une al propietario con su mascota sea más flexible, y que ninguna de las parte sufra en el proceso. Eso sí, este proceso no es únicamente para la mascota, es para todo el núcleo familiar. 

Finalmente, me pongo a pensar si será que hemos fallado en el proceso y no lo sé, tal vez en parte sí, pero me atrevo a pensar que es un fenómeno ligado a esta nueva generación que ya no quiere hijos pero si perros o gatos para darles vida de hijos, una generación a la que creo yo se le ha permitido ser flexible y laxa con la disciplina, que tiene temor o rechazo a tomar medidas correctivas. Generación en buena parte amable y dispuesta a escuchar al médico veterinario pero que pareciera estar entre la encrucijada de valorar y acatar las instrucciones médico veterinario y darle todo a sus mascotas sin límite alguno.

Mi invitación esta vez es para quienes son “tutores” y leen este artículo es para que piensen en sus mascotas, también en su médico veterinario tratante y se den cuenta que aquellas acciones que realizamos para tal vez protegerlas pueden ser más adelante las causales de momentos de angustia para los seres que tanto quieren y cuidan. No "pobreteen" a sus perritos o Gatos, su conciencia o forma de percibir al mundo es muy diferente a la nuestra, a diferencia del humano el animal no guarda resentimiento o rencor, ellos aprenden de la experimentación y la socialización. Las malas experiencias puede que los marquen pero con el tiempo pasan la página y olvidan los temores con el manejo adecuado, muchas veces somos nosotros quienes transmitimos nuestros miedos a ellos privándolos de lo que podría ser una vida mucho más placentera.


Saludos,


Deseando un lindo día y buena vibra. 



CAMILO JORDAN GAMERO PATARROYO

Zootecnista ULS

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